La calle Edgardo Alm铆car, en la colonia Sim贸n D铆az, todav铆a no despertaba del todo de su rutina de domingo. Ese silencio tibio que cubre las colonias de la capital parec铆a prometer un d铆a cualquiera… hasta que un estruendo parti贸 el aire en dos.
Fue un choque seco, brutal, de esos que hacen que los vecinos asomen la cabeza a la ventana antes de que el cerebro alcance a entender qu茅 pas贸. En medio de la escena, una motocicleta qued贸 atrapada entre dos veh铆culos, como si el acero la hubiera devorado sin piedad. Y ah铆, entre metal retorcido y un charco de sombras, yac铆a 茅l: el motociclista que, segundos antes, avanzaba rumbo a su destino sin imaginar que ese ser铆a su 煤ltimo trayecto.
Los testigos narran que todo fue cuesti贸n de un parpadeo. Un movimiento impreciso. Un veh铆culo que avanz贸 sin medir distancias. Un impacto que son贸 a despedida.
Cuando los cuerpos de emergencia llegaron, solo encontraron la ausencia. El conductor ya no presentaba signos vitales. Su casco segu铆a en el suelo, testigo mudo de un final que nadie pudo detener.
La zona fue inmediatamente acordonada. Las luces rojas y azules de las patrullas ba帽aron las paredes de las casas, mientras los peritos caminaban despacio, marcando cada rastro, cada fragmento, cada parte de la tragedia.
Los vecinos, en silencio, miraban desde la banqueta. Algunos con las manos en la boca. Otros con los ojos llenos de ese miedo que se tiene al pasar por ese mismo punto cada d铆a.
La calle Edgardo Alm铆car qued贸 marcada esta noche. Y la colonia Sim贸n D铆az amaneci贸 de luto.
Porque en esta ciudad, a veces, basta un instante para que la vida cambie para siempre.
Y esta vez, un motociclista pag贸 el precio m谩s alto.
✝️ Descanse en paz.
