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martes, 8 de julio de 2014

TODOS SOMOS MIRELES: LIBERTAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD *.- Carta del Q.·. H.·. Manuel Mireles a todos los HH.·. MM.·. Tepalcatepec, Michoacán, a 4 de junio del 2014.

NOTICIA EN LA CABECERA 299

TODOS SOMOS MIRELES: LIBERTAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD

*.- Carta del Q.·. H.·. Manuel Mireles a todos los HH.·. MM.·. Tepalcatepec, Michoacán, a 4 de junio del 2014.

Queridos Hermanos y Hermanas de los diferentes ritos masónicos, y de los diferentes Grandes Orientes de Michoacán y de México.

Nos hacen comunes principios y valores profundos, esas convicciones e ideales masónicos que acercan a la humanidad a su expresión más sagrada. Recibimos Luz y a la Luz nos debemos; nacimos en una logia venida a laboratorio de ideas, donde se acrisolan proyectos, donde se entretejen brazos, donde se templa el carácter.

Tú como yo, por igual nos ceñimos a la justicia, a la igualdad, a la democracia y a la libertad responsable, como en lo individual luchamos contra los vicios y las pasiones que golpean nuestra naturaleza humana.

Somos herederos de la pléyade de masones que han forjado una mejor patria en los diferentes rincones del mundo donde las logias han parido un nuevo hermano. Como depositarios de las grandezas que exaltan el espíritu humano, cuando la patria y la sociedad lo demande, estamos obligados tácitamente a actuar más allá de nuestras posibilidades. No es una opción. Más bien un obligado acto de congruencia de quien se diga masón y sea reconocido como tal por sus hermanos.

La masonería en estos momentos debe trascender del mal interpretado simbolismo, hacia la acción; de la especulación, hacia la operatividad; del ensueño histórico masónico, hacia la transformación de nuestra cruda realidad.

Lo que vive Michoacán y México no es para menos. Precisa entonces recapitular haciendo un alto para, en un acto de humildad, ver de dónde vienen nuestras huellas como masones; solo profundizando en nuestro origen podremos llevar a buenaventura nuestra jornada.

Como acto de dignidad tenemos que trascendernos. Imposible seguir con esta estúpida inercia que arroja más pobres, que derrama más sangre y que siembra de pesadillas paridas con sangre, muerte e injusticias nuestro suelo. Definitivamente no podemos continuar así.

Yo no sé ustedes, pero yo quiero vivir el sueño del hombre libre. En mi sueño los hijos de México viven, no sobreviven; sueñan, no despiertan con angustias; siembran, no se tienen que armar por el dejo de quienes debían cuidar la paz de los justos.

Por eso quiero llamarlos a que sean consecuentes al momento histórico que vivimos. Que si en sus circunstancias Hidalgo, Morelos, Juárez, Ocampo, Madero o Cárdenas trastocaron el ficticio orden establecido para ofertarnos mejor patria, nos toca ahora a estas generaciones de masones hacer lo propio para rescatarnos del abismo en que han sumergido a este país.

Mi llamado es a que dejes esa masonería intrascendente de cuatro paredes. Mi exhortación es a que hagas algo más allá de tu familia y de tu entorno inmediato; mi llamado es a que te organices y luches dentro de la ley por lo que crees que es justo para tus hijos y las generaciones que viene.

Yo te invito a que luchemos juntos por la justicia y la paz digna, a que demos lo mejor que como masones tenemos para sacar adelante nuestro estado y, con ello, nuestras familias. Yo te pido que te armes pero de valor y que si empuñas armas éstas sean la plomada, el nivel, el cincel, el marro, la escuadra y el compás para que bajo el cobijo de la congruencia masónica caminemos juntos. Nuestra misión ahora es desbastar para dar forma a la piedra cúbica que pueda servir de base para el levantamiento de un mejor país.

Pero si decides que esta no es tu lucha, sólo te pido que seas portador de Luz propia surgida bajo los principios y valores emanados de la escuadra y el compás. Si lo haces así, ten por seguro que por igual nos encontraremos en la refriega por construir futuro, porque La Fuente de Luz masónica es solo una.

Querido hermano: reforcemos nuestra cadena, sé un verdadero masón y practica tus juramentos, en pocas palabras, asúmete hombre. No te pido otra cosa. Es cuanto…

José Manuel Mireles Valverde

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